Comentarios de Genaro Saúl Reyes
Hablar con J. R. M. Ávila
significa estar pensando, charlando sobre cuestiones de las culturas populares,
pero también de cómo esas culturas populares necesitan quedar registradas en un
libro y a través de la creación literaria.
“Relámpagos que fueron” es un
texto en el que estamos sintiendo por un lado el reportaje y por otro la
novela. Si se hubiese escrito en el estilo de otros libros que hablan de grupos
regionales (Cadetes de Linares, Alegres de Terán, Rancheritos de Topo Chico),
no quedaría más que la crónica sobre el grupo, pero aquí, algo que me gustó
mucho, es la construcción de los personajes. Cómo se construye el personaje de
Cornelio y cómo se construye el personaje de Ramón, y en determinado momento se
fusionan esas dos vidas.
El libro trasciende el solo hecho
de hablar de un grupo de música regional. Estamos viendo a dos muchachos con
deseos de salir adelante, dos muchachos que se fueron criando entre golpes de
la vida. La gente no necesita saber quiénes fueron “Los Relámpagos del Norte”
porque los personajes nos van dando una historia, independientemente del grupo
real.
Recomiendo ampliamente “Relámpagos
que fueron”. Conozcan o no a “Los Relámpagos del Norte”, el libro se sostiene
por sí mismo, por la creación de anécdotas en las cuales van viviendo y
conviviendo los personajes. Otro punto interesante es cómo el autor logra
construir una atmósfera del Monterrey de los años 50, 60 y principios de los
70.
Como lector, veo unos personajes
que valen por sí mismos. Y desde ahí es que invito a que se acerquen a
“Relámpagos que fueron”. Quienes gustan de “Los Relámpagos del Norte” van a
encontrar desde el principio de su carrera hasta su separación, pasando por su época
de esplendor. Si no saben quiénes son ellos, descubrirán a dos personajes
entrañables que son Cornelio y Ramón, con dos caracteres distintos que, más que
pretender ser músicos, tienen una visión en común, que es la de ser alguien. Lo
que se ve es su lucha por salir de un medio que los estaba aplastando.
Nos encontramos además con
personajes que existen, que están en la realidad, los que les dieron las
primeras oportunidades, la marca de discos BEGO, que fue muy importante. Estos
aspectos nos llevan también a ubicarlos, por un lado, en el contexto
nuevoleonés y, por otro, en el contexto de los chicanos.
El hecho de que la novela (la
lectura que yo hice fue de una novela) se haya manejado de una manera híbrida
es la mejor solución para este texto.
El libro va a ir ganando y
ganando terreno, de tal manera que llegará el momento en que se convierta en
libro de consulta obligada.
Por todo lo anterior, los invito
a leer “Relámpagos que fueron”, de J. R. M. Ávila.